jueves, 3 de noviembre de 2011

No creo haberme sentido peor desde hacia ya mucho tiempo, y habia olvidado lo que se sentía. Me siento realmente horrible.No estoy segura si es la primavera que me empuja cada vez más al precipicio de lo que es bikini en un cuerpo que no esta preparado para usarlo, o el hecho de que odio con todas mis fuerzas mis muslos. Siempre he pensado que mi piel se hara más blanca y lisa, y que tendre el pelo hasta las caderas cuando sea perfecta, eso seria un buen comienzo.

"Pienso en las mujeres de siglos pasados que ingerían vinagre para cultivar su palidez y sus ojeras, en las que se daban fricciones con mercurio, o las que se depilaban la mitad de la frente para alargar de manera interesante sus facciones y mostrar la delicada curva del cráneo. 


Pienso en las deformidades y dolores que causaban los corsés, en la falta de oxígeno y en la pesadez de arrastrar un miriñaque. 


Pienso en los pies vendados de las mujeres chinas, en los collares que alargan y descoyuntan el cuello y en los tatuajes rituales de algunas tribus africanas. 


Pienso en las grandes bellezas de la historia, y en cómo siempre existía algo que las convertía en mujeres peculiares, fuera su inteligencia, su ambición o su destino trágico. 


Pienso en las barbaridades cometidas en nombre de la belleza, la virginidad o el papel de la mujer, y ninguna me parece más extrema, más dolorosa y grave que la actual obsesión por la delgadez y la juventud."